La Processó de la Passió que se celebra a Tortosa, coneguda més popularment com la
Processó del Diumenge de Rams, per la data en què surt, és sens dubte l’acte més multitudinari i espectacular dels que conformen la Setmana Santa a la
capital del Baix Ebre. Cal remarcar la singularitat d’aquesta processó que representa la Passió i mort de Crist de manera completa en una data inusual, el Diumenge de Rams. L’organitza
l’Agupació de Confraries de Setmana Santa. Si hem de marcar l’origen de l’actual processó de la Passió i Mort de Jesucrist que se celebra el Diumenge de Rams a Tortosa podem
precisar que, de fet, comença l’any 1806. Segons el Llibre d’Acords de la Confraria de la Mare de Déu dels Dolors, és en aquest moment que es decideix fusionar la processó pròpia dels Dolors
amb una altra d’arrels més antigues, llavors en desús i protagonitzada pels gremis, que acostumava a sortir el Dijous Sant.
Per manca d’aquesta fonamental documentació, destruïda el 1936, només podem remetre’ns a les notícies que ens en dóna Ramon
Vergés (1909).
Manuel Beguer (1953) ens apunta aquesta doble ascendència: per una banda, la processó penitent dels Disciplinats, promoguda i
organitzada per la Congregació de la Puríssima Sang, aniria agrupant al seu entorn, des del s. XVI, la incorporació de les organitzacions gremials. D’altra banda, d’una forma més contundent i
renovadora, la Congregació dels Dolors, des del s. XVIII, impulsaria, com en la majoria de ciutats, un acte relacionat amb la seva devoció.
El que sembla clar és que seria des d’inicis del s. XIX que la processó adquireix una excel•lència i una notabilitat que la
faran singular. És llavors que es converteix en una manifestació popular de rellevància estructurada més o menys com la coneixem avui. En destaca el vessant simbòlic que ha integrat un
conjunt de tradicions tortosines molt arrelades.
A través de les escasses dades que tenim, podem constatar que hi ha hagut sempre una consciència d’espectacularitat, i
l’interès declarat que fos aquest un acte d’atracció per als visitants. Al llarg de la seva existència, la processó del Diumenge de Rams ha alternat moments d’evident decadència i
d’esplendor. Un acord municipal del 1859 dictamina de comissionar-hi un grup de regidors: “Con el objeto de que en el año que rige sea brillante en lo posible la procesión que de antiguo se
acostumbra en el Domingo de Ramos a efecto de que viniendo ésta en decadencia no se retraigan los forasteros de comparecer al espectáculo que representa los misterios de la Pasión y Muerte
del Redentor del Mundo…”
Com a resultat d’aquest impuls oficial es fa un canvi qualitatiu dels misteris, ara ja amb un aire més espectacular, compostos
de figures de mida natural. Aquest fet va significar el canvi dels misteris, fins llavors portats a mà, a veritables carrosses de format gran i pesant. Tot sembla que indica que els artistes
van ser Ramon Cerveto, Josep M. Beltri, Joan Baptista Gurrera, i, probablement, Macià Cuadrado. La darrera fase constructiva és a partir dels anys 40 del segle XX, en què se’n fa una
renovació completa a causa de la destrucció de l’any 1936, alhora que la precarietat i la improvisació que hi hagué acabada la guerra Civil va propiciar que sortís per primera vegada el Crist
de la Puríssima (obra del s. XVII) com a misteri de la crucifixió. En un parell d’anys es construiran quatre misteris nous, i el darrer es basteix l’any 1958.
Autors de prestigi com Innocenci Soriano Montagut, Enric Monjo, Carles Riba, o Claudi Rius, realitzaren aquests nous grups
escultòrics que avui desfilen.
Entre els usos més característics de la Processó del Diumenge de Rams hi ha el fet que els natzarens obsequien amb
caramels la gent que presencia la desfilada. És aquesta una tradició llevantina que a Catalunya sols es dóna a Tortosa, i que en els orígens, sembla, tenia com a finalitat traure el
mal gust de boca que deixa en el poble la visió dels sofriments de Nostre Senyor, plasmats en els misteris que desfilen.
PROGRAMA DE ACTOS DE SEMANA SANTA A
TORTOSA
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Domingo de Ramos:
11’30 h Bendición de Ramos, Procesión y Santa Misa en la Catedral, presididas por el Sr. Obispo.
20’00 h ACOMPAÑAMIENTO PROCESIONAL DE LA PASIÓN, organizado por la Agrupación de Hermandades y Cofradías, con la participación de todos los pasos. Sale de la
Catedral.
Se puede asistir a la Procesión sin pertenecer a ninguna cofradía.
Lunes :
20’30 h CONCIERTO DE SEMANA SANTA, en la Iglesia de Santiago de Remolins, organizado por la Cofradía de la Purísima Sangre.
Martes :
19’30 h Confesión Comunitaria en la Catedral.
Miércoles Santo :
11’30 h Misa Crismal en la Catedral, presidida por el Sr. Obispo.
20’30 h VIA CRUCIS en la Judería de Remolins, organizado por la Parroquia de Santiago.
Jueves Santo:
20’00 h Misa de la Cena del Señor, Comunión y Procesión al Monumento, presididas por el Sr.Obispo, en la Catedral.
24’00 h PROCESIÓN DEL SILENCIO. El Acompañamiento sale de la Iglesia de Santiago en Remolins y desfilan los Pasos de la Oración en el Huerto, la Virgen de las Angustias y
Nuestro Padre Jesús de la Pasión.
Viernes
Santo:
08’00 h Via Crucis en la Parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles.
11’00 h VIA CRUCIS en el Calvario, organizado por todas las parroquias de la ciudad. (El Calvario fue construido durante la primera mitad del siglo XVII, a demanda de la
gente de ese barrio, para de desterrar los burdeles que allí había. La totalidad de los relieves que lucían las estaciones fueron destruidos en la última Guerra Civil).
17’00 h Conmemoración de la Pasión y Muerte del Señor, presidida por el Sr. Obispo, en la Catedral. Lectura de la Pasión. Adoración de la Cruz y Comunión de los
fieles.
23’00 h PROCESIÓN DEL SANTO ENTIERRO, con el Paso del Santo Sepulcro. Sale de la Catedral. Pueden participar todas las cofradías de la Agrupación de Semana Santa. Organiza:
Cabildo Catedral. Colabora: Agrupación de Cofradías.
Sábado Santo:
23’00 h Solemne Vigilia Pascual, presidida por el Sr. Obispo. Bendición del Fuego, Cirio y Agua. Misa.
Domingo de Pascua:
12’00 h Solemne Misa Pontifical (concelebrada). Bendición Papal.
COSTUMBRES VIVAS Y EN DESUSO DE LA SEMANA SANTA
TORTOSINA
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La Semana Santa tortosina siempre ha tenido gran popularidad. Del rico abanico de
tradiciones que ha generado algunas perduran y otras han quedado relegadas al olvido. De todo esto hacemos un breve resumen a continuación.
Durante la Cuaresma es típico comer los populares buñuelos de Cuaresma.
Desde el Sábado de Pasión hasta el Miércoles Santo se celebraba cada día después de vísperas en el altar Mayor de la Seo, la imponente ceremonia de la adoración de la Vera Cruz, anunciada al
pueblo por trece batalladas de la campana Cinta. El sagrado Lignum Crucis con el que el sacerdote bendecía al pueblo era un relicario gótico, en forma de cruz y con fragmentos de la Vera Cruz,
regalo que Benedicto XIII, conocido como Papa Luna, hizo a nuestra Catedral.
Domingo de Ramos
El Domingo de Ramos los niños lucen la palma, que les regala la madrina. También se ven ramos de olivo o de laurel. En cualquiera de los casos van adornados de violetas, caramelos y
rosarios azucarados. La remarcable costumbre de colgar “taronges” (naranjas) en los ramos (la fruta solar per excelencia, según se desprende incluso de la raíz de su nombre: oranja equivale a
“dorada” o “de color del sol”, y la inicial “t” corresponde al artículo catalán primitivo y preromano; el término “taronja”, por tanto, equivale a “la dorada” o “la solar”), hoy se
encuentra casi en desuso, como tampoco se estila ya colocar flecos de colores y colgar golosinas (“congres”, magdalenas, “panades”, peras confitadas y, la clase humilde, sardinas y higos
secos).
Al acabar la Misa perdura la costumbre de ir al Paseo Central del Parque Municipal i hacer fotografías de recuerdo (el Domingo de Ramos continua siendo una fecha en que es preceptivo
estrenar ropa i calzado). La palma o ramo se cuelga en los balcones o ventanas de la casa a fin de verse libres de rayos y de alejar los malos espíritus. Es quemada y sustituida por la nueva al
año siguiente.
El Domingo de Ramos en las poblaciones rurales había sido costumbre, la tarde de hoy, hacer el llamado “sermón de la arada”. El predicador explicaba la Pasión tomando por motivo mnemotécnico
una arada, y comparaba los episodios principales del drama sacro con las piezas y elementos que forman el aparejo de labrar, suficientemente conocidos por la payesía, que constituía su auditorio.
La voz popular dice que este sistema de sermón lo ideó el tortosinísimo Vicent Garcia, rector de Vallfogona, quien mediante este procedimiento hizo ver más claro a sus feligreses, que eran gente
de campo, toda la importancia de la Pasión del Mesías.
La Semana Santa tortosina alcanza su máximo exponente la tarde de hoy con la Procesión de la Pasión, la primera en desfilar en toda Cataluña. La caracteriza el hecho de que los
nazarenos dan caramelos a quienes les son conocidos. Es esta una arraigada tradición levantina que encontramos en lugares tan lejanos como Oliva, en el límite de Valencia con
Alicante.
La Procesión hasta el último cuarto del siglo pasado iba presidida por soldados romanos locales. El papel de “Capitán Manaia” era encargado al hombre más alto de la población que se prestaba
a hacerlo. Él era el encargado de cumplir con el “Acatament”, consistente en hacer girar tres veces el “àbarum” arrodillado, tanto a la salida de la iglesia de los Dolores como en el
interior de la Seo. También debía procurar que el desfile estuviera de regreso puntualmente a la hora acordada. A los pequeños soldados romanos que le precedían iluminándole el camino con
antorchas se les nombraba “cap d’olla”. El toque marcial de los “armats”, que figuran soldados romanos, al ritmo monótono del toque de los timbales y el repicar de les lanzas sobre el suelo ha
acabado por desaparecer, y ahora son agrupaciones foráneas las que desfilan (“Armats” de Flix, Alcanar o Torredembarra). No obstante estos ya no llevan un pañuelo de caramelos en el brazo
como lo hacían los autóctonos.
Antiguamente el séquito de la procesión iba precedido por dos hermanos del Santo Hospital de la Santa Cruz, con sendas bandejas, recogiendo limosnas para aquel establecimiento. Su cantinela:
“tant hi va qui no s’ho pensa, tant hi va qui no s’ho creu, una caritat per l’Amor de Déu per a l’Hospital de la Santa Creu” (Igual va a parar allí quien no se lo piensa, igual va a parar allí
quien no se lo cree, una caridad por el Amor de Dios para el Hospital de la Santa Cruz), ha pasado a enriquecer la literatura española.
A diferencia de lo que se acostumbra hoy, la Cruz de los Improperios pieza característica de nuestra Semana Santa, siempre era llevada por un sacerdote acompañado por las autoridades del
pueblo que sostenían las borlas.
Miércoles Santo
El Miércoles, Jueves y Viernes Santo por la tarde acudían a los solemnes oficios o “fassos”, además de un gran gentío, la mayor parte de chiquillería de Tortosa, con mazas y
“carraus”(carracas).
Hoy tiene lugar el Via Crucis por el Barrio Judío.
Jueves Santo
Se realiza la adecuación y exposición del Monumento (“moniment” según la documentación) o sepulcro de Jesucristo. La permanencia de Nuestro Señor en el Monumento ha generado muchas creencias
propias de este día (hay la costumbre de no barrer, porque así no se crían escarabajos). Perdura la creencia popular de que el niño que nace hoy “cura de gracia”,
etc.).
Antiguamente se practicaba el ayuno de las “batzoles”. El lavatorio simbólico de los pies a los pobres se hacía antaño en el recinto del claustro de la Seo.
Antes, en esta jornada las gentes de Tortosa exhibían unas carracas colgadas al cuello, a manera de guitarra, que sonaban girando una manecilla como las antiguas guitarras de
rueda.
Había otras mucho más gruesas, tanto que era necesario llevarlas en una carretilla. Producían un ruido infernal.
El Jueves Santo, avanzada la noche, sale la Procesión del Silencio.
Viernes Santo
El Viernes Santo es tradición salir al campo a primera hora de la mañana para recoger tomillo, que este día se cree que tiene reconocidas propiedades medicinales. Se aprovecha durante el año
para hacer las populares sopas escaldadas, a las que se añade un pequeño brote. Además, el agua hervida con tomillo es muy usada para lavar heridas, llagas y toda clase de males de la piel.
Era usada para calentar la ropa de los enfermos y de las parteras, y para perfumar, quemada con azúcar, las habitaciones.
Al despuntar el día tenía lugar en la Seo el sermón de la Bufetada (el predicador al explicar como los verdugos del Sanhedrín abofetearon al buen Jesús, se abofeteaba él, y, a continuación,
era imitado por el pueblo que le escuchaba).
A mediodía se celebraba en la iglesia del Roser el sermón de las 7 Palabras, en el que se figuraba, al acabar, el ruido de rayos y truenos.
Ese día en que generalmente todos guardaban riguroso ayuno, se comía bien y pronto. Había la costumbre de avanzar el reloj de la Seo.
Por la tarde la gente acude a la Procesión del Entierro de Cristo, en la que desfila el Cristo Yacente del Santo Sepulcro de la Catedral, acompañado por nazarenos, penitentes y magdalenas.
En esta procesión se ha perdido la costumbre de dar caramelos.
Entre los actos religiosos hay que destacar el Via Crucis que tiene lugar en el Calvario (dentro de la iglesia del Calvario, dedicada al Seráfico de Asís San Francisco, se acontecía la
función de las Calaveras y los Baldones de la Pasión. Revestían solemnidad extraordinaria las Cruces, que se decían al atardecer del Viernes Santo y el día de Pascua, al apuntar el
día).
Propios de este día son los garbanzos en su salsa (ya documentados en el Libro de las Viandas, siglo XIV, la comunidad conventual los comía el Jueves Santo), las albóndigas de bacalao con
huevos duros y las indispensables tostadas de Santa Teresa (rebanadas de pan maceradas en leche, pasadas por la sartén con aceite hirviendo, y después bien azucaradas y espolvoreadas con
canela).
Otro plato muy castizo es el conocido como garbanzos de Fra Pere, cocidos en caldero de hierro o de cobre, colocados en capas alternas de espinacas, mezcladas con cuatro granos de arroz, que
después no se encuentran, condimentado todo con el mejor de los aguardientes y un pequeño chorro de aceite; los garbanzos se han de dejar en el jugo que desprenden las espinacas y con el
aguardiente y el aceite.
Típica de la colación que se hacía esta noche es la coca de espinacas, azucaradas y guarnecida con pasas y piñones.
Sábado Santo
Las mujeres recogían en el baptisterio de la Seo la llamada “agua de la agonía”, bendecida el Sábado Santo. La usaban para hacer aspersiones en las salas y estancias y corrales de las
casas, a fin de alejar los malos espíritus. También hacían aspersiones en los momentos de la agonía de algún familiar.
Era este un día muy cargado de antiguas costumbres como la de airear la ropa mientras las campanas tocaban a gloria para evitar la tiña o proveerse de una piedra riera para alejar el mal de
muelas o el mareo de los viajes.
Domingo de Pascua
Por la mañana tenía lugar la procesión del Encuentro. Se salía de la Seo por la puerta del Baptisterio, llevando bajo tálamo el Santísimo Sacramento, y una vez en la calle de la Rosa se
producía el encuentro, del Dios Hostia, con la tierna Madre, que le esperaba en la capilla de la calle.
Es este el día de las monas –bien de chocolate o bien redondeles de buena pasta, a menudo rellenos de cabello de ángel o mazapán, y espolvoreadas con Papa Benet- Son los padrinos
quienes las regalan a sus ahijados. También son típicas de hoy las “farinoses”. Se suele celebrar la festividad en casa familiarmente.
Lunes de Pascua
Se celebraba la fiesta de la Virgen del Milagro, protagonista de una antigua tradición vinculada al portal de Tarragona.
Es tradicional salir al campo a degustar la “mona”.
Martes de Pascua
En esta tercera fiesta de Pascua se llevaba a Nuestro Señor bajo palio a los enfermos y impedidos.