Semana Santa en Coria del Río

Del 24 al 31 de Marzo de 2013

 

Semana Santa de Coria del Río 2013.

Es el periodo litúrgico comprendido entre el Domingo de Ramos y el Domingo de Resurrección.

 
Para Coria, la Semana Santa representa una vertiente popular que consiste en la representación pública por las calles de la Pasión, Muerte y Resurrección mediante las procesiones y, a veces, como ocurre en Coria, con "Los Abrazos", con sencillas escenas estraevangélicas que el publo siente como históricas por la naturalidad y emotividad que encierran.


La Semana Santa se inicia con la Procesión de Palmas del Domingo de Ramos. Esta fiesta revestía, desde el siglo XVI que sepamos, una cierta solemnidad cívica. Era costeada por el Ayuntamiento que asistía a ella corporativamente. Desde hace unos años, sobre todo a partir del Concilio Vaticano II ha quedado reducida a un sencillo acto litúrgico que consiste en una breve procesión alrededor de la Iglesia Parroquial, seguida de los oficios correspondientes a ese día.


El Miércoles Santo, al atardecer, hace su estación de penitencia la Hermandad de la Virgen del Carmen. Radica en una capilla adosada al edificio de la Parroquia de Ntra. Sra. de la Estrella. La primitiva imagen de la Patrona de los marineros residía en una una capilla situada en el Padro de la Magdalena. La primera noticia que tenemos de esta capilla es del año 1772. En 1866 se suprime el Hospital de la caridad, situado en la que hoy es entrada por calle Cervantes a la Avenida 1º de Mayo; la Hermandad se trasladó a la capilla de dicho Hospital, más tarde pasó a la de San Juan y posteriormente a su emplazamiento actual.


Los nazarenos, con túnica y antifaz morados y capa blanca, acompañan a las imágenes del Cristo con la Cruz y de la Virgen del Carmen, obras ambas del imaginero contemporáneo Buiza. El paso del misterio, obra de Antonio Martín presenta una magnífica talla de gusto neobarroco en madera de coabilla. El paso de Vírgen es obra de la viuda de Villarreal, en cuyos talleres se hicieron los varales y jarras, y de J.R. Ramos de Rivas, que labró la peana y respiraderos. Es de estilo plateresco con algunas concesiones al barroco.


El 16 de julio, festividad de la Virgen del Carmen, patrona de los marineros, la mencionada imagen recorre de nuevo las calles de la población hasta el embarcadero, donde se inicia al altardecer una emotiva, alegre y colorista procesión fluvial en la que intervienen todas las embarcaciones de la localidad.


En la noche del Jueves Santo hace su recorrido la cofradía de la Vera Cruz o del "Cerro". La hermandad data de principios del siglo XVI. 
La procesión, nazarenos con túnica blanca y antifaz y capa verde, se compone de dos pasos; el primero, con la imagen de Cristo muerto en la Cruz, es de estilo neoclásico de líneas muy severas. La carpintería es obra del maestro Antonio Ortega y las tallas de los respiraderos, medallones de la canastilla y evangelistas del artífice sevillano Barbero. El paso de Virgen, de estilo plateresco, es obra completa de Villareal, excepto los dos ángeles portadores de las antorchas que son de autor desconocido. Los bordados fueron realizados por Elena Caro dentro del estilo llamado Juanmanuelino. 
Los dos momentos más interesantes del recorrido, tanto por los valores estéticos como por la dificultad y emoción que encierran, son las "subidas" y "bajadas" a lo largo de la cuesta escalonada de la calle de San Juan, mientras las campanas de la Capilla doblan a difunto.


Es tradición, -no sabemos si por dificultad real para detener el paso de la Virgen entre los escalones o si por pundonor de los hermanos costaleros en su último esfuerzo-, que los pasos bajen y suban la cuesta de un "tirón", sin descansar a lo largo de toda la calle.


La capilla de Ntra. Sra. de la Soledad se construyó, según parece, a principios del siglo XVII; coincide con el nacimiento de esta devoción en Coria del Río con la difusión que de ella hicieron los Dominicos. Esta imagen aparece relacionada con el estamento social de pescadores y marineros; alrededor de ella se contituyó la Hermandad de Penitencia de Ntra. Sra. de la Soledad y Santo Entierro de Cristo, título que ostenta ya en 1757. Posteriormente añadió la "Resurrección".


La salida procesional del Viernes Santo comienza al anochecer, un numeroso cuerpo de nazarenos con túnica y antifaz negros y capa blanca acompaña a la imagen de Cristo yacente, obra de Buiza, depositada en una urna. El paso, de madera al estilo neoclásico, es obra de A. Ortega, los entrepaños plateados, así como la urna, fueron labrados por el orfebre Villareal, ambos de estilo plateresco. El paso de la Virgen, neobarroco, es también obra del mismo orfebre. El bordado juanmanuelino del palio fue hecho por las monjas del Convento de Santa Isabel y del del manto por Piedad Sánchez. Ante el paso de Cristo unas jóvenes ataviadas y portando los atributos simbólicos representan la Fe y a la Verónica.


Con esta procesión del Viernes Santos se inicia la representación de una especie de auto litúrgico que termina la mañana del Domingo de Resurrección: al hacer estación de penitencia en la iglesia Parroquial , así queda depositado el paso de Cristo, simulando así su enterramiento. El paso de Virgen continúa solo el camino de vuelta a su capilla. En este trayecto tiene lugar uno de los momentos más difíciles y bellos del itinerario: el atravesar los recovecos de las calles Iglesia, Prim y Anastasio Martín.


La noche del Sábado Santo, tras la celebración de los Oficios de Resurrección, el pueblo queda ensordecido por el repique de campanas y el estruendo de los cohetes. Comienzan en este momento las fiestas de Resurrección, los popularísimos "abrazos". Al amanecer la Virgen de la Soledad inicia una nueva salida procesional en dirección a la Iglesia Mayor de Santa María de la Estrella, donde quedó depositada la urna con el cuerpo yacente de Cristo. El dolor se ha trocado en alegría, por tanto, el aspecto es totalmente diferente al de la salida del Viernes Santo. La Virgen, ahora en "paso de gloria", sin palio y sustituido el manto negro por otro carmesí, camina al encuentro de su Hijo. Al acercarse el paso a la puerta principal del templo parroquial, ésta se abre y aparece la imagen del Cristo Resucitado. En encuentro se produce en el centro de la plaza. Los pasos son despojados rápidamente de sus candelabros y flores y se acercan uno al otro hasta permanecer juntos frente a frente; tras unos instantes de quietud comienzan a elevarse, inclinándose hacia adelante hasta que las imágenes se tocan simulando un abrazo. 


La acción se repite tres veces consecutivas en las que la aproximación es cada vez mayor, en la tercera, la corona de la Virgen y las potencias del Resucitado entrechocan. 
Seguidamente los dos pasos son introducidos en el templo y, tras la celebración de una Misa solemne, vuelven a salir en procesión de regreso a su capilla.


Pero el Domingo de Resurrección en Coria es algo más, es la fiesta de la celebración de la Primavera. La gente se desborda por las calles y, en cuanto termina la procesión, se lanza a ocupar el Parque Carlos de Mesa y las márgenes del río. Es el primer contacto con la naturaleza después del invierno, se abandona "oficiosamente" la ropa de abrigo, se hacen excursiones en barca por el río, se como y se bebe en el Parque o en los bares de los alrededores, es el momento en que hay que empezar un nuevo estilo de vida más alegre, bullicioso y desenfadado que culminará en la eclosión del Rocío.