FIESTAS EN PRIEGO DE CÓRDOBA

Fiestas en Priego de Córdoba

Fiestas en Priego de Cordoba Semana Santa
Fiestas en Priego de Cordoba Semana Santa

Fiestas en Priego de Córdoba Feria de San Marcos
Fiestas en Priego de Córdoba Feria de San Marcos

FIESTAS EN PRIEGO DE CÓRDOBA

 

Semana Santa de Priego de Córdoba

 

 

Domingo de Ramos.
  Hermandad de Nuestro Padre Jesús en su entrada triunfal en Jerusalén y María Santísima de la Encarnación Madre de los desamparados "La Pollinica".
  Hermandad de la Paz.
Lunes Santo.
  Cofradía de María Santísima de los Dolores y Cristo de la Buena Muerte.
Martes Santo.
  Real Hermandad de María Santísima de los Desamparados y Santísimo Cristo de la Expiración.
Miércoles Santo.
  El Prendimiento.
  Hermandad de María Santísima del mayor Dolor y Nuestro Padre Jesús Preso.
Jueves Santo.
  Desfile procecional de la Pontificia y Real Archicofradía de la Santa Veracruz, Nuestro Padre Jesús en la Columna y María Santísima de la Esperanza.
  Cofradía de María Santísima de los Dolores y Cristo de la Buena Muerte.
Viernes Santo.
  Pontificia y Real Cofradía y Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, María Santísima de los Dolores y San Juan Evangelista.
  Real Archicofradía de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y Nuestra Señora de las Angustias y Nuestro Padre Jesús en su Descendimiento.
  Real Cofradía del Santo Entierro de Cristo y María Santísima de la Soledad Coronada.
Domingo de Resurección.
  Real y Venerable Hermandad de Nuestro Padre Jesús Resucitado y María Santísima de la Cabeza.

 

 

Corpus Christi de Priego de Córdoba

 

La celebración del Corpus debió iniciarse en Priego a mediados del siglo XVI y seguramente fue promovida por el llamado "Apóstol de Andalucía", San Juan de Ávila, que había escrito un tratado titulado "Del Santísimo Sacramento" y que entre 1525 y 1569 desarrolló una intensa labor como predicador en Andalucía y especialmente en las provincias de Córdoba, Granada y Jaén. En Priego encontró el apoyo del Licenciado Marcos López, Vicario de las Iglesias de la localidad y fundador del Colegio de San Nicasio, que asumió la organización anual de la fiesta.

 

 

 

La celebración debió adquirir en pocos años un auge extraordinario ya que a principios del siglo XVII se citaba a Priego como "señaladísimo lugar en esta gran devoción". La fiesta del Corpus formaba parte, junto a la de la Inmaculada Concepción y el Santo Entierro, de las que se financiaban a expensas del Ayuntamiento, que nombraba cada año a varios diputados para que la organizaran con la mayor pompa y esmero. Así, en 1820, el nuevo Ayuntamiento de signo liberal elabora un presupuesto en el que se destinan a la fiesta del Corpus 4.400 ducados, cantidad muy superior a las que se asignan a las demás fiestas de financiación pública.

 

 

No obstante, la programación festiva parece haberse simplificado a través de los siglos, si tenemos en cuenta la cantidad y variedad de actos que en siglos pasados se organizaban con motivo del Corpus. En los siglos XVI y XVII se organizaban en este día representaciones de autos sacramentales o "comedias a lo divino" y se ejecutaban danzas que por su procedencia o por la condición de quienes las ejecutaban se denominaron "de los portugueses", "de los gitanos", "de los pastores", "de los indios", "a lo francés" o "del cascabel". También se quemaban castillos de fuegos artificiales.

 

 

 

Romería de la Virgen de la Puebla

 

Desde 1976 se viene celebrando la romería de la Virgen de la Cabeza el tercer domingo del mes de junio, en la actualidad se realiza a la ermita construida en su honor en sierra Cristina.

 

 

Los actos comienzan el jueves anterior con la lectura ante la Virgen de las poesías seleccionadas de cada CEIP en el certamen de poesía que se dedica a nuestra Madre.

 

 

 

El viernes tiene lugar el pregón de romería.

El sábado, tras la misa, la Virgen sale en romería, llevada a hombros por sus costaleras y acompañada de numerosos romeros, recorriendo diversas calles de Priego, hasta que en el cuartel de la Guardia Civil, es colocada en su carreta y tirado por bueyes. Es llevada a Sierra Cristina acompañada de multitud de romeros, allí la esperan los que ya han pasado la noche anterior y el sábado para convivir con Ella. El domingo se tiene la celebración de la eucaristía, la entrega de premios a los ganadores del Certamen de Poesía y diversos concursos come la carrera de cintas a caballo, etc.

Al atardecer la Virgen regresa a Priego acompañada de romeros que le cantan durante todo el comino y es esperada a su llegada por muchas personas que se suman a acompañarla hasta que llega a su iglesia de la Virgen de la Cabeza.

 

 

 

Feria Real de Priego de Córdoba

 

A finales de agosto y principios de septiembre, nuestras calles se engalanan con la FERIA REAL, cuyo origen se remonta a 1842, teniendo entonces como centro la compraventa de ganado. En tiempos pasados acudían a ella prestidigitadores, comerciantes ambulantes, juglares, circos y otras atracciones ya desaparecidas. Actualmente la Feria se instala, desde 1993, en el Parque Urbano "Niceto Alcalá-Zamora". Registra anualmente gran afluencia de visitantes de la comarca y de fuera de ésta, llegándose a constituir como la gran feria del sur cordobés. En ella, como es tradicional, se instalan un buen número de casetas y atracciones mecánicas que hacen las delicias de chicos y mayores. Gran cantidad de comerciantes ambulantes se acercan estos días a la población para ofrecer sus productos en las aceras del ferial. Se celebran importantes acontecimientos taurinos en la centenaria plaza de toros.

 

 

 

La tradición de los Hermanos de la Aurora

 

"Los Hermanos de la Aurora", son un grupo de campanilleros que desde que tenemos constancia en la Hermandad (1.696) hasta el día de hoy, recorren todos los sábados del año ( en la medianoche del sábado al domingo) las calles de nuestra ciudad, cantando las coplas que el propio pueblo ha escrito para ello, con una métrica no uniforme y una misma melodía, llamando a los fieles a rezar devotamente el Rosario, entre las alabanzas a Dios, a los Santos, y sobre todo a su Madre, la Virgen del Aurora. 

El Rosario Público, en principio estuvo formado por hombres, pero la inscripción masiva de mujeres para alcanzar las gracias concedidas por su participación, causó incidentes que dieron lugar a que se prohibieran durante muchos años a las mismas su asistencia. 

El día 28 de julio de 1.780 a las 9 y diez de la noche, al llegar a las esquinas de la encrucijada de la calle Alba, Cañamero, Torrejón y Nueva, se encontraron los Rosarios de la Aurora y de las Mercedes, injuriándose los asistentes entre sí, causando escándalo y alboroto de tal gravedad que “pudieron producir un motín o sublevación”… de ahí el refrán tan típico de “VAMOS A ACABAR COMO EN EL ROSARIO DE LA AURORA”. 

 


Otra característica es que al salir todos los sábados del año, se pide con una especia de hucha que aquí se denomina “cepo”, habiendo un refrán popular que dice: “PIDES MÁS QUE LOS HERMANOS DE LA AURORA”. 

Sin lugar a dudas es una de las tradiciones que por su constancia más gusta a todos los visitantes y que tienen los prieguenses más arraigados en su corazón. 

Breve historia de la Venerable Hermandad 
Los inicios de esta Venerable Hermandad se remontan al siglo XVII pues la encontramos ya constituida en la ermita de San Nicasio, con el título de Congregación del Santo Rosario. 

El libro más antiguo de cabildos que se conserva en el archivo de la Hermandad comienza en el día primero del año de 1.696. La Hermandad se designa con el título de Ntra. Sra. del Rosario y tres años más tarde en 1.699 con el nombre alternando de Ntra. Sra. de la Aurora, poco tiempo después se perdió definitivamente la denominación de Hermandad de Ntra. Sra. del Rosario. El libro primitivo de las constituciones se perdió a los pocos años por lo que ignora quienes fueron sus fundadores y la fecha exacta de su fundación. 

 


En el año 1706 se había acordado que en atención a la necesidad de la Hermandad, de hacer una imagen de talla de Ntra. Sra. de la Aurora que, “sirva de aumento de la devoción de dicha Hermandad, porque la imagen que hoy hay es la Ntra. Sra. del Rosario y no ser la advocación del nombre de dicha Hermandad”. Así pues, D. Antonio Alegre, hermano mayor y D. Francisco Valdivia, celador, fueron a la ciudad de Granada y ajustaron el costo de la imagen. 

La remodelación artística de la ermita data del año 1711, fecha en la cual el hermano mayor D. Bartolomé Madrid, acuerda hacer un retablo, para el altar de la Virgen. La terminación de las obras fue en el año 1772, fecha que figura en la cornisa de la portada. 

El cotitular de la Hermandad es San Nicasio, Patrón de Priego, nació en Reims, en el siglo IV de nuestra era. En el año 394 fue elevado a la dignidad de Obispo de su ciudad, siendo el décimo obispo de la misma. Fundador de la nueva Catedral, erigida sobre la basílica de los Santos Apóstoles y dedicada la Virgen María. 

Cuando se produjo la invasión de Reims por los vándalos, este se negó a ir de la ciudad, por el contrario exhortaba a los habitantes de la ciudad a sufrir serenamente el martirio, así en el año 407 fue martirizado por los bárbaros junto al diácono Florencio y el lector Jocundo en la puerta de la iglesia de Ntra. Sra. Cuando recitaba el salmo, según cuenta la tradición, le fue cortada la cabeza, que ya en el suelo continuaba recitando. 

La devoción de Priego a San Nicasio hay que remontarla al siglo XVI, en base a la curación del Marques de Priego de la enfermedad del contagio o peste, así en el año 1.528 en el acta capitular del 15 de Agosto se dispone que “se hagan algunas fiestas por alegrías de la salud de su señoría y porque la gente de ello haya placer”, en la puerta de la Iglesia del San Nicasio. 

La creencia de la protección del Santo a las enfermedades denominadas “infecciosas” daría origen a su patronazgo, algo muy extendido en la época. 

Después pasarían dos hechos importantes para asentar su devoción. Uno de ellos fue la fundación en el siglo XVI del colegio de San Nicasio, obra pía de San Juan de Ávila, el cual sería por mucho tiempo el colegio de primeras letras de la localidad y en el que se formaron muchas generaciones de prieguenses, dando lugar a que San Nicasio fuera querido por todos los que pasaron por sus aulas. 

La otra sería la donación de la reliquia del santo, traídas desde Flandes, por el alférez Francisco Márquez en el año 1.581, realizando una solemne procesión de la Reliquia en el día del Santo Patrón, el día 14 de diciembre, acto que durante varios siglos se seguiría haciendo y que daría lugar a que el pueblo tuviera cerca de su Patrón, venerándolo durante mucho tiempo. 

Esta Venerable Hermandad realiza muchas y muy entrañables actividades, entre todas ellas podemos destacar claramente tres: 

-El Sábado de Pasión se realiza un solemne Vía Crucis con el Santo Cristo de Ánimas, , una talla del siglo XVI, ante la cual oró San Juan de Ávila, durante su larga estancia en Priego y que posteriormente se le vela en la noche del Jueves Santo, realizando un turno de vela durante toda la tarde hasta entrada la madrugada. 

-La semana en la cual recae el día 12 de septiembre, festividad de la Virgen de la Aurora, donde sale en procesión la venerada imagen de Ntra. Sra., previo a un Septenario de preparación y una curiosa subasta de moñas de jazmines con cadenas, trenzadas por las mujeres de la hermandad cada tarde antes del septenario. 

-Sin lugar a dudas es una de las características más entrañables tanto de esta Hermandad como de pueblo de Priego son los HERMANOS DE LA AURORA

Texto facilitado por Salvador Calvo López ( Hermano Mayor) 

 

 

Domingos de Mayo en Priego de Córdoba

 

Primer domingo de Mayo. Las fiestas de la Caridad.

Desde su fundación en 1632, la Hermandad de María Santísima de los Desamparados y Santísimo Cristo de la Expiración, conocida tradicionalmente como Hermandad de la Caridad, acordó celebrar todos los años el día 3 de mayo (día de la Cruz) como fiesta del Cristo de la Expiración, aún continúa procesionándose, el domingo más cercano a ese día, a la Virgen vestida de Gloria por el Barrio engalanado de la Villa, y celebrando los días anteriores su tradicional rifa.

 

 

 

Segundo domingo de Mayo. Las fiestas del Buen Suceso.

La existencia de la Real e Ilustre Hermandad de Nuestra Señora del Buen Suceso se data en los tiempos remotos en que se realizaban votos para solicitar la intersección divina para librarse de plagas y epidemias, siendo patrona de un gremio de tejedores del siglo XVII. Cuatro de estos industriales tienen la iniciativa de levantar el Retablo, sede de la titular de la hermandad que actualmente puede observarse en la iglesia de San Francisco. Los cuadros de la época que orlan este retablo, representan los patronímicos de estos patrocinadores. La autoría del mismo es atribuida a Juan de Dios Santaella. La imagen que lo preside es de la escuela granadina de la segunda mitad del siglo XVII.

 

 

 

Durante muchos años sus fiestas populares se celebraron en el mes de marzo, con solemnes septenarios y procesión. Pero al no exisstir pruebas documentales ni bibliográficas, no hay datos fiables de cuando cesan esas actividades de culto en la cofradía, coincidiendo quizá con un periodo de decadencia o desaparición del gremio de tejedores que dió vida a la hermandad. Fue a mediados de este siglo, cuando un grupo de personas vuelven a dar vida y renovada actividad a la misma, con la constitución de una Junta de Gobierno, responsable del restablecimiento del Culto y de las fiestas que anualmente se celebran durante el mes de mayo. Coincidió el primer paso procesional con una etapa de sequía, por lo que se decidió que la Virgen dirigiera sus pasos por el Balcón del Adarve.

 

 

Para dar entrada en el seno de la Hermandad a los jóvenes, se creó la sección de los Horquilleros, con la misión de llevar sobre sus hombros a la Virgen en sus fiestas primaverales, organización del paso por las calles de Priego, ornamentación de Retablo y cooperación en la tradicional rifa.

 

 

En la década de los setenta el grupo Scaut de Priego nombra a la Virgen del Buen Suceso como su patrona. En 1967, la imágen es restaurada por D. Manuel Arjona Navarro. En la Actualidad se ha constituido las sección de la Banda de Tambores y Costaleros de la Virgen, cuyo trono ha sido restaurado por el artista local D. Cristobal Cubero Molina.

 

Tercer domingo de Mayo. Las fiestas de la Soledad.

En la segunda mitad del siglo XIX, a los predicadores del novenario de Mayo se les va a dar una inusitada importancia por parte de la Hermandad de la Virgen de la Soledad, siguiendo la moda impuesta por las Hermandades de San Francisco. Del anonimato del siglo anterior, van a pasar a ser elementos destacados de las fiestas, a los que se les mima, aplaude y se contrata.

 

En pleno auge cofradiero, esta Hermandad a pesar de que en su estatutos se prohibía expresamente entrar en la carrera de competencia que habían iniciado la Columna y el Nazareno, cae en el resplandor provocado por los predicadores que había traído ésta última en el año 1864 y se anima a invitar a uno de ellos llamado Francisco Sánchez Juárez “porque había provocado el mayor fruto espiritual de este vecindario”.

 

Destaca entre los predicadores, el que José Tomás Valverde Castilla trajo para el domingo de las fiestas de 1915, que despertó un inusitado interés no sólo en el pueblo sino en toda la comarca. Se trataba del Excmo. Sr. Luis Calpena y Ávila, que ejercía de Auditor en el Tribunal de la Rota, y no era la primera vez que intervenía en los novenarios anuales de mayo, sino que acumulaba una experiencia de veintiún años.

 

La música siempre ha sido elemento imprescindible de estas fiestas, bajando y subiendo en intensidad, según la cantidad de dinero disponible. Por loa años de 1860, es León Bidaburu, encargado del órgano y de la dirección de la Capilla de Música de la Parroquia, quien acompaña en las fiestas de la Virgen de la Soledad. En épocas de solvencia económica también acudía la Banda Marcial de Música. Pero es en la década de los 80 cuando aparece Laureano Cano, que se va a convertir en una institución cultural en Priego y alma musical de todas las cofradías, al que después de muchos años seguirá su hijo Alonso Cano.

 

Ya en la primera mitad del siglo XX actúan el tenor Luis Morgado, el barítono Julio Vidal y sus seises, y la capilla de Rafael Rodríguez. En los 40, se trae el coro de cantores de Córdoba y actúa en alguna ocasión la orquesta y cantores de Antonio Castro.

 

En la actualidad, y durante la semana de cultos, actúan los grupos musicales y rocieros de la localidad, destacando la fundación de un coro propio de la Hermandad, dirigido por José Joaquín Alcalá Pérez. En la Solemne Función Religiosa del domingo, actúa la Coral “Alonso Cano” de Priego, que interpreta la Letanía Lauretana a la Santísima Virgen, de los Seises, del Padre Torres, y la Primera Misa Pontifical de Perossi.

 

En cuanto al acompañamiento musical de la procesión, han actuado por nuestras calles, entre otras, la Banda de Gaitas, Cornetas y Tambores de Torremolinos; Banda Militar de Cornetas y Tambores “Domingo Savio” de Morón de la Frontera; Banda Militar de Música del Regimiento de infantería de Córdoba, Número 10, acompañada de su escuadra de Gastadores y Banda de Cornetas y Tambores; Regimiento de Infantería de Lepanto, nº2, de Córdoba; Banda de Música de Lucena; Banda de Cornetas y Tambores y Sección de Música del Regimiento de Infantería de Córdoba, en Granada; Regimiento de Infantería Motorizable, nº 2, Agrupación Musical Prieguense; Agrupación Musical Granadina; Regimiento de Artillería de Campaña, nº 42; Banda de la Legión de Ronda; Banda del IV Tercio de la Legión Alejandro Farnesio; Agrupación Musical “Nuestra Señora de la Oliva” de Salteras (Sevilla).

 

Referente a las rifas, el primer objeto del que se tienen noticias fue un cuadro de Nuestra Señora del Carmen, que se rifó por medio de papeletas antes de la salida de la procesión, el domingo de mayo de 1848. Más tarde alguien regaló unos peros, fruta típica de nuestras huertas, sacándose cinco reales. No se vuelven a tener noticias hasta el año 1856, cuando antes de la procesión se rifaron unas alcachofas por 20 reales. A partir de ahí , los devotos irán regalando frutos y dulces, hasta que poco a poco, los regalos son cada vez más abundantes y lo obtenido por este concepto, más sustancioso, estando consolidadas totalmente en años sucesivos hasta nuestros días. En la actualidad, esta Hermandad realiza tres días de rifa, la noche del sábado, la del domingo de la fiesta y la noche del lunes siguiente coincidiendo con el besamanos a la Virgen de la Soledad.

 

Hay que hacer una mención especial en el desarrollo actual de las fiestas de mayo, al grupo de Seises de esta Real Cofradía; fundado en 1994, con motivo del IV Centenario de su Constitución, actuaron por primera vez en la Coronación Canónica de la Virgen de la Soledad y, desde entonces, lo vienen haciendo en la solemne función religiosa del Domingo de la Soledad; también acompañan a la Virgen en su procesión y a Jesús Sacramentado en la solemne procesión del Corpus Christi.

 

Cuarto domingo de Mayo. Las fiestas columnarias de Mayo.

Hay que fijar en el año 1865 el comienzo de un asombroso esplendor en las fiestas de la Archicofradía de Nuestro Padre Jesús en la Columna, con el que enlaza directamente el inusitado y espectacular despliegue festivo que son hoy las fiestas de Mayo en Priego.

 

Si aquel año hubo fuegos artificiales, veladas y hasta corridas de toros con motivo de las fiestas, desde entonces éstas adquirieron la máxima importancia para la Hermandad. Montaje de grandes retablos, predicación de los más afamados oradores y solemnísima procesión acompañada por bandas musicales y militares fueron los elementos, que hasta ahora permanecen que expresaban la deseada solemnidad.

 

En cuanto a los retablos, hay que destacar la labor realizada en este efímero arte, por el ilustre hermano columnario Francisco Ruiz Santaella, que resultó ejemplar para todas las cofradías y para las generaciones que le sucedieron.

 

En lo que respecta a los predicadores, podríamos dar una larga lista en la que aparecen los mejores oradores sagrados de cada época, pero bástenos citar al Magistral de la Catedral de Córdoba, D. Manuel González Francés, que predicó repetidas veces en las últimas décadas del siglo XIX.

 

La solemnidad de los cultos se basa en gran parte en el acompañamiento musical y en este apartado hay que destacar una larga lista de partituras compuestas expresamente para la Hermandad de la Columna. Entre todas ellas, hay que ponderar dos obras maestras de la música sacra que desde hace ya más de n siglo, se interpretan cada año el domingo de la Hermandad: la “Misa a 4 y 8 voces” compuesta por el Maestro Juan Antonio Gómez Navarro, Maestro de Capilla de la Catedral de Córdoba, y el “Aria” para barítono o tenor y orquesta, compuesta por el mismo autor sobre inspiradísima letra del poeta Julio Valdelomar y Fábregues. La partitura está fechada el 16 de mayo de 1886.

 

Este alarde musical se completaba y aún se completa en la procesión, con el desfile de importantes bandas militares de música, como las de la Legión y la Guardia Civil, con sus respectivas escuadras de gastadores. La traca final solían ponerla estruendoso castillos de fuegos artificiales.

 

La rifa comenzó a celebrarse en torno a 1840 habiéndose llegado a ocupar tres noches en rifar los regalos ofrecidos por los hermanos. La Hermandad de Jesús en la Columna fue también pionera en explorar distintas alternativas a las crisis que periódicamente sufren las rifas, ya que en 1969 se sustituyó este evento por una velada o verbena en la que actuaron los entonces famosos “Roking’s”.

 

No obstante, deben citarse entre todas, por su desacostumbrada solemnidad, las fiestas de Mayo celebradas en 1890 y en 1990. En las primeras, habiéndose hecho rogativas en la Hermandad por la salud del futuro rey Alfonso XIII, entonces niño de sólo cuatro años, que en efecto sanó de su enfermedad, se pidió a la Reina Regente que enviara representante a las fiestas, lo que hizo en la persona del Duque de Hornachuelos, prócer político de la época. Un siglo después se programó un lujoso recuerdo de aquel evento y así en 1990, se superaron todos los recuerdos con la participación en las funciones del sábado y domingo de los siguientes cantores, músicos y conjuntos corales: Coral Alonso Cano, Coral Ramón Medina, Coral Ubetense, Orquesta del Conservatorio Superior de Música, Carlos Hacar, Juan Luque, Pedro Lavirgen, Antonio López y Luis Bedmar. Acompañó la procesión la Banda de Gastadores, Cornetas, Tambores y Música del Cuartel del Mando de la Legión en Málaga.

 

 

 

Quinto domingo de Mayo. El mayo nazareno.

El origen de las fiestas votivas de mayo se remonta al año 1654. La peste bubónica asoló Priego en 1650. La enfermedad causó verdaderos estragos en la población, casi un millar de muertos. El 1 de enero de 1654, siendo hermano mayor de la Cofradía Pedro Carrillo de Gámiz, se acuerda hacer todos los años, por el mes de mayo, un novenario de misas cantadas con sermón el último día.

 

De esta sencilla manera se instituyen las fiestas votivas de mayo, necesitandose para tal fin la construcción de la primitiva capilla (1659) y ampliando los cultos penitenciales con el rezo del Miserere todos los viernes de Cuaresma(1669).

 

Sobre las causas que motivaron su instauración se barajan varias hipótesis. La primera se sustenta en la epidemia de peste de 1650. Una segunda, que está íntimamente ligada a la primera, defiende que también influyó la enorme sequía que se padeció durante el primer lustro de la década de los cincuenta. Y una tercera posibilidad apunta a la conjunción de las anteriores, pero bajo los dictados y el mandato del Concilio de Trento.

 

El esplendor de las Fiestas nazarenas se fragua durante el primer tercio del siglo XIX, continuándose hasta nuestros días. El 28 de marzo de 1836 se nombra a la reina Isabel II hermana mayor. El 3 de enero de 1885 se agrega la Hermandad a la Basílica de San Pedro de Roma.

 

Al mismo tiempo, la Hermandad, va haciéndose con un rico y valioso legado musical expresamente confeccionado para engrandecer las funciones de mayo. Mostramos una pequeña referencia del mismo: Misa a dos y cuatro voces de M. Vázquez; Misa en sol mayor a cuatro voces de Antonio Palancar; Peticiones de Jesús Nazareno de Antonio Honrubia; Aria, Plegaria y Coplas para el Quinario de Carlos Valverde y Laureano Cano; Misa a cuatro voces y orquesta de Gómez Navarro; composiciones de las agrupaciones locales Compases Rociaros y Grupo Rociero.

 

Es también, durante la centuria del XIX cuando se van consolidando las rifas. En un principio se hacían en la Sacristía de la hermandad, horas antes de la salida procesional. Los prieguenses donaban productos propios del terreno. A partir del siglo XX, expresamente en el año 1942, las rifas toman un auge insospechado, ocupando los días de sábado, domingo y lunes por la noche, trasladándose al Compás de San Francisco.

 

Para sufragarlos gastos de los cultos y fiestas extraordinarias de mayo se hace necesario una recaudación especial. Es así como nace “la cuota voluntaria” que, en un principio, corría a cargo de los hermanos oficiales.

 

La Hermandad ha dado, desde siempre, un énfasis especial a las Fiestas de Mayo. Por las mismas han pasado oradores de la talla de Melchor de Benisa, Pedro Alcántara Hernández, Luis Calpena y Ávila, Francisco Blanco Nájera, finales del XIX y principios del siglo XX, padre Pildain, Victorino García Sabater, José María Padilla, el magistral de la catedral de Zamora, el obispo Félix Romero Mengíbar, P. Lúcar de Córdoba, fray Justo Pérez de Urdel, el padre Leal, Javier Alert y sosa, padre Quevedo, padre Javierre, Casimiro Pedrajas y Pedro Carrillo, siglo XX.

 

La parte musical ha contado, también, con relevantes figuras del bel canto, prestigiosas corales y bandas de música para la procesión: José Pareja, barítono; maestro Garmendíez, director de orquesta; Villalba, tenor; Batallón del Ministerio de marina, banda; Regimiento Soria X; Banda de Cornetas y Tambores del Regimiento Lepanto II, de Infantería de córdoba; Banda Municipal de córdoba; Julio Vidal, barítono; Gastadores, Trompetas y cornetas de la Guardia Civil de Córdoba; Banda de Cornetas y Tambores de los Bomberos de Málaga; la Banda de Cornetas y Tambores de los Maristas de Priego; el Coro de los Niños Cantores de la catedral de Guadix; Centro Filarmónico Eduardo Lucena; Emilio Ángel Platas, tenor; Fernando Carmona, tenor; la Coral Santa María de la Victoria; Coral de la Ciudad de Granada; la Coral Alonso Cano de Priego; la Banda de la Cruz Roja de San Fernando, entre otros. Es tradicional que el oficio religioso del domingo se cante la I Misa Pontifical de Perossi. Al término de la misma Jesús Nazareno imparte la bendición a todos los allí congregados, entre emocionados vivas y un murmullo general de emoción incontenida.

 

Alfo único, incomparable, sucede durante las Fiestas Nazarenas, Jesús Nazareno se expone en la nave central de la Iglesia de San Francisco en un hermoso retablo lleno de colorido y luminosidad. Decenas de miles de flores, donadas por los devotos, componen cada año, de distinta manera, un cuadro magistral, que expertas manos realizan, expresión del amor que los prieguenses sienten hacia su “Rey”.

 

El Domingo de Jesús, la procesión se vuelve parsimoniosa y majestuosa. Jesús Nazareno, a hombros de sus costaleros, refulgente en el trono, bellamente engalanado, recorre las calles céntricas de la ciudad, acompañado por decenas de mujeres vestidas de gala, clásica mantilla, los hermanos, bandas de música, Banda de Cornetas y Tambores de la Hermandad y todo el pueblo nazareno, que llena con su presencia el recorrido procesional.

 

Historia de los domingos de Mayo en Priego de Córdoba

En todo el calendario festivo local, denso hasta casi no dejar fin de semana libre, son seguramente las fiestas de Mayo las más solemnes de cuantas se celebran en Priego. Pero sobre todo, son, sin duda, las más genuinamente prieguenses. Cualquier otra fiesta (la Semana Santa, la Feria, el día del Patrón, la Candelaria, etc.) puede encontrarse con motivos y formas similares, en otros muchos lugares de la geografía andaluza o española. Las fiestas de Mayo, en cambio, no tienen parangón. Son tan distintas y parecen estar tan arraigadas en lo más hondo de la tradición que, sin temor a errar, hemos de aceptarlas como uno de esos rasgos que podrían definir “lo prieguense” en contraste con las manifestaciones religiosas y festivas de otros pueblos.

 

Su misma permanencia a lo largo de casi cuatrocientos años, el motivo que les dio origen y su configuración externa, son aspectos cuyo estudio sigue lleno de sorpresas. ¿En qué fecha comenzaron a celebrarse las fiestas de Mayo en Priego?, ¿ ha cambiado mucho su contenido a lo largo de los siglos?, ¿cual fue la causa que movió a los prieguenses a iniciar la celebración de estas fiestas?.

 

Tradicionalmente se ha admitido que las fiestas de Mayo tenían su origen en un “voto” que hizo el pueblo, consistente en celebrar a perpetuidad solemnes cultos para librarse por la intercesión divina del entonces trágico contagio de la peste. Esa creencia se generalizó tanto que en un coleccionable distribuido hace unos años por un periódico de máxima difusión, se incluía esta única referencia a las fiestas de Priego: “Los domingos de Mayo se celebran fiestas con orquestas por las calles para conmemorar que Priego se salvó de una peste: está todo el día el turutu formado, comenta un paisano”. La superficialidad casi grotesca del párrafo, refleja fielmente sin embargo, la constante referencia a las epidemias del siglo XVI como explicación de este alarde festivo-religioso. Repasando la bibliografía local, podrían citarse multitud de textos que durante los últimos cien años reafirman esa creencia. Eso sí, todos ellos tienen resultan vagos y confusos, como algo que se admite por tradición sin que pueda acreditarse documentalmente. (1)

 

Pero cuando se acude a las fuentes de la época, esta creencia tan arraigada no parece sostenerse. Los años en que se producen epidemias de peste no coinciden que los años en que se pudo realizar el “voto”. La documentación de varias Hermandades hace referencia a la peste como causa de la creación de las Hermandades, pero no como origen de las fiestas de Mayo.

 

En el artículo antes citado se ha propuesto una nueva interpretación de estas fiestas, según la cual, desde su origen, los cultos de Mayo se realizaron para pedir la lluvia tan necesaria para obtener buenas cosechas. Tras analizar la bibliografía existente, puede afirmarse que las cuatro cofradías que tradicionalmente han celebrado fiestas solemnes durante el mes de Mayo, cuentan en sus actas y constituciones con referencias directas a la lluvia, como objetivo a conseguir con dichas fiestas. El 21 de Mayo de 1593, sólo un mes después de su fundación, la Hermandad de Jesús Nazareno saca en procesión la imagen de su titular “para impetrar las lluvias, pues de presente hay mucha falta de agua”. En la documentación de la más antigua de las Cofradías prieguenses, la de la Santa Vera Cruz y Jesús en la Columna, hemos comprobado que siempre que se habla de las fiestas a celebrar en Mayo se hace referencia a la petición de la lluvia; valga este ejemplo, tomado del acta del cabildo general celebrado por la Archicofradía el 21 de Enero de 1685: “Se nombran comisarios para la fiesta y novenario que se ha de hacer a Jesús de la Columna por el mes de Mayo, para que usando de su piedad y misericordia infinita nos socorra con los buenos temporales para la conservación de los frutos de la tierra”. Existe además una declaración expresa en las Constituciones de esta Cofradía, fechadas probablemente en 1673; en su artículo 5º se dice: “Así mismo se ha de hacer un novenario de misas cantadas con solemnidad a Jesús de la Columna en la capilla de dicha cofradía o la mayor de dicho convento, en todos los meses de Mayo de cada un año y la última con sermón y a la tarde procesión por los claustros de dicho convento, a que han de asistir los dichos hermanos, el cual novenario sea pidiendo a Dios Nuestro Señor nos dé y conserve los frutos de la tierra”.

 

En el artículo 3º de las Constituciones de la Hermandad de la Virgen del Buen Suceso, fechadas en 1692, también se ordena celebrar “procesión y sermón el último domingo de Abril, para pedir por la salud temporal y espiritual de los hermanos, por los buenos temporales y conservación de los frutos de la tierra...” (2) Ninguna referencia a la peste, tampoco aquí, en relación con las fiestas de Mayo.

 

Contra este hipótesis se ha argumentado (3), que fueron simplemente las prescripciones emanadas del Concilio de Trento las que dieron origen a las fiestas de primavera en Priego. Esta idea, que puede aceptarse como marco general, no desactiva en absoluto la relación, documentalmente demostrada entre las fiestas prieguenses de Mayo y la petición de la lluvia; tampoco explica que durante más de un siglo se haya atribuido el origen de dichas fiestas al temor al contagio de la peste.

 

En consonancia con todo ello, y en el estado actual de la investigación sobre este asunto, nos atrevemos a reafirmar que nuestros antepasados organizaban los solemnes cultos de Mayo con el objetivo principal de pedir a Dios la lluvia, sin la cual era imposible obtener los frutos de la tierra.

 

En cuanto a la fecha en que comenzaron a celebrarse las fiestas de Mayo en Priego, podemos dar como posible la de 1642 fecha en que se funda la Hermandad de Jesús en la Columna, ligada a la más antigua Cofradía de la Vera Cruz. En las Constituciones de esta Hermandad se ordena, como antes hemos visto la celebración de fiestas en el mes de Mayo. Para la Hermandad de Jesús Nazareno podría fijarse la fecha de 1654, pues en ese año se adopta un acuerdo expreso en relación con las fiestas (4) y para las Hermandades de la Soledad y del Buen Suceso, los años 1684 y 1692 respectivamente, constando en ambos casos en su primitivo ordenamiento constitucional (5). La Hermandad de la Virgen de la Caridad debe también ser considerada como las que desde antiguo han celebrado fiestas en Mayo.

 

Queda claro por tanto que las llamadas “fiestas votivas” del Mayo prieguense vienen celebrándose desde hace más de trescientos cincuenta años, lo que supone una gran antigüedad y cabría imaginar que a lo largo de tan dilatado periodo de tiempo, su forma exterior debe haber cambiado mucho. Sin embargo, las referencias conocidas en las cuatro Hermandades ya citadas, nos permite afirmar que, por el contrario, la estructura de estas celebraciones sigue manteniendo el esquema que tuvo en su origen. Básicamente, dicho esquema se expresa así: “... novenario de misas cantadas con solemnidad,... en la capilla de la cofradía o en la mayor de la iglesia, ... la última con sermón y a la tarde procesión...”. Todos estos puntos se mantienen hoy día, si bien en las últimas décadas el novenario se ha convertido en septenario para evitar la coincidencia de cultos; por otra parte los sermones abarcan ahora los tres últimos días del septenario. Además se mantiene incluso el orden (alterado sólo excepcionalmente) en que las cofradías celebran sus fiestas: la de la Caridad en la última semana de Abril y, ocupando las cuatro semanas de Mayo por este orden, las del Buen Suceso, Jesús en la Columna, Virgen de la Soledad y Jesús Nazareno.

 

Aunque ya ha quedado expuesta la estructura general de las fiestas conviene destacar algunos aspectos que pueden considerarse secundarios pero que afectan profundamente a estas celebraciones.

 

En primer lugar la extraordinaria solemnidad que han adquirido, al dar las Hermandades gran importancia algunos aspectos de la organización que se han convertido en rituales, como son los retablos, los predicadores, el acompañamiento musical, la procesión y por último, los sistemas de financiación. Algunos de estos aspectos cambiaron radicalmente a partir del año 1865, fecha en que comenzó la rivalidad entre las Hermandades de Jesús Nazareno y Jesús en la Columna, los cuales en su afán de solemnizar su fiesta hicieron que los cultos de Mayo se convirtieron en una gran manifestación religiosa, pero también en una fuerte carga económica para las Hermandades. Se pusieron en marcha nuevas formas de financiación, a las que sólo respondió el sector más acomodado de la población lo que dio lugar al carácter elitista que en el último siglo han tenido estas fiestas.

 

En cuanto a la ornamentación especial de los altares para los últimos días de la fiesta, los llamados “retablos”, se decidió desde antiguo que el novenario se realizara en el altar mayor de la Iglesia, tanto en San Pedro como en San Francisco, de forma que pudiera darse un mayor esplendor a la presentación de la imagen. El afán de presentar cada año un retablo más espectacular que el año anterior y que las demás Hermandades, ha llevado a conseguir verdaderos alardes de monumentalidad, basada principalmente en la ornamentación floral y en el uso de telas, luces y alfombras, así como de los más ricos juegos de candelabros y jarrones. A veces la colocación de estos retablos provocó el deterioro de los auténticos retablos barrocos existentes en los iglesias.

 

En cuanto a los predicadores hay que decir que a mediados del siglo pasado se usaba en los púlpitos un estilo retórico y grandilocuente que hoy ha pasado de moda. Predicaron en el Mayo prieguense los mejores oradores sagrados que en cada época existían, generalmente canónigos de las Catedrales de Córdoba, Granada o Sevilla. Veces hubo en que un sermón llegó a durar más de dos horas. Esta tradición en la escucha de excelentes oradores ha dejado entre los devotos de estas fiestas un gusto por los sermones extensos y emotivos.

 

Sobre el acompañamiento musical de los cultos hay que decir que gracias a las fiestas de Mayo, el patrimonio musical de Priego es de una riqueza incomparable. Se traían, como se siguen trayendo los mejores coros de las capitales más cercanas o se crean corales locales cuya motivación primordial es solemnizar los domingos de cada cofradía. Pero además, en la competencia establecida entre las Hermandades de Jesús Nazareno y Jesús en la Columna hace siglo y medio, se abrió paso a la composición de piezas musicales por encargo, habiendo acumulado estas dos cofradías una gran cantidad de partituras que fueron compuestas expresamente para sus fiestas; entre ellas deben destacarse las Misas que para ambas hermandades compuso el insigne músico cordobés Juan Antonio Gómez Navarro, siendo interpretada todavía cada año, con coro a cinco voces y orquesta, la que compuso para la Hermandad de Jesús en la Columna. Igualmente se encargaron “Arias” y “Plegarias” que siguen interpretándose en la actualidad por afamados tenores y barítonos expresamente contratados para ello.

 

Punto culminante de los cultos de cada Hermandad es la procesión que se realiza en la tarde de cada domingo. Al contrario que en la Semana Santa, los desfiles procesionales de Mayo no son de penitencia sino claramente festivos; en consecuencia, las túnicas y capirotes se sustituyen por largas hileras de mujeres con traje negro de gala y mantilla española, los cofrades acompaña a la imagen que ha sido adornada con el máximo esplendor en sus más lujosos tronos y los costaleros visten uniformes. Para solemnizar aún más la procesión se lanzan miles de cohetes, se queman fuegos artificiales y se traen bandas de música, civiles o militares que a veces realizan vistosos desfiles al son de la música marcial.

 

Y por último, hablemos de la financiación ya que este problema dio origen a otra de las tradiciones más genuinas de nuestro pueblo: las rifas. Cuando a mediados del siglo pasado comenzó a darse un mayor auge a las fiestas de Mayo, se recurrió a una suscripción voluntaria entre los hermanos de manera que no podía gastarse más de lo recaudado; estos ingresos y gastos se contabilizaban aparte y en ocasiones alcanzaban una cantidad similar al presupuesto anual de la Hermandad. Pero pronto se comprobó que otra fuente de financiación, las subastas de objetos regalados, producía abundantes ingresos y además, permitía prolongar la fiesta una vez terminada la procesión. Hay constancia escrita de que ya en 1845 se rifó el domingo de Jesús en la Columna un cesto de alcachofas que un hermano había regalado (6); en las demás cofradías se generalizó esta costumbre igualmente, rifándose en estos primeros años frutos del campo o dulces. Posteriormente las rifas fueron extendiéndose y creando su propio ritual, altamente sorprendente para quienes lo desconocen, llegando a ocupar hasta tres noches y alcanzándose altos precios en las subastas, lo que, a la vez que suponía un capítulo de ingresos imprescindible para mantener las fiestas provocaba el abandono de las clases populares.

 

Actualmente las demás cofradías de Priego, que celebran cultos festivos en distintas semanas del año, pero similares a los que hemos descrito, están tratando de sustituir las rifas por verbenas que permitan aunar la asistencia masiva de los devotos con la necesidad de recaudar fondos para el mantenimiento de la cofradía.

 

Es verdaderamente admirable que, teniendo su origen en los lejanos tiempos del Concilio de Trento y su probable motivación objetivo en rogar a Dios para conseguir los beneficios de la lluvia, y siendo así que ambas cosas no son privativas de Priego sino de incidencia general en todo el país, las fiestas de Mayo se hayan mantenido en Priego con tanto arraigo y hayan llegado hasta nosotros en un estado de tanta pujanza y esplendor. Por eso nos parece que, con los cambios que sean necesarios para adaptarse a los tiempos, es seguro que permanecerán en el porvenir como uno de los rasgos más distintivos de la idiosincrasia de los prieguenses como colectividad social.

 

NOTAS:

  1. Véase el artículo titulado “La sequía y no la peste fue la causa del voto que dio origen a las fiestas de Mayo de Priego”, publicado en la revista “La Columna”, nº. 2, pág. 20-22, de fecha Semana Santa de 1995.
  2. Peláez del Rosal, M. “La Hermandad de la Virgen del Buen Suceso”. Revista Fuente del Rey, nº 106-107. Noviembre de 1992.
  3. Véase artículo titulado “Ni la peste ni la impetración por los temporales fueron el origen de las fiestas votivas de Mayo...”, firmado por Rafael Fernández López. Revista “Adarve”, nº 499-500 de 1997, pág. 12.
  4. Peláez del Rosal, M. Historia de la Cofradía y Hermandad de Jesús Nazareno. 1593-1993”. Córdoba, 1993.
  5. Alcalá Ortiz, E. “Soledad en todos”. Priego, 1994.
  6. Esta referencia, así como las que aparecen en este escrito sobre la Cofradía de la Santa Vera Cruz y Jesús en la Columna han sido extraídas de los libros de actas de dicha Cofradía, cuyo inventario general y ordenación del archivo ha sido realizada recientemente.

   Miguel Forcada Serrano
   Cronista Oficial.