Procesiones, Horarios y Recorridos de la Semana Santa de Toro
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El silencio es el protagonista de la Semana Santa
toresana, declarada Fiesta de Interés Turístico Regional en 2007.
La Pasión Toresana comienza el Viernes de Dolores con el
desfile del Crucificado.
También es tradición que el Miércoles Santo la Cofradía de Jesús y
Ánimas de la Campanilla prepare sus pasos en la iglesia de Santa Catalina, teniendo la oportunidad los devotos de ir a pedir -a Jesús- tres deseos, de los que se dice que al menos se cumplirá
uno.
Otro de los momentos más singulares de la Pasión Toresana es la bendición de
“Los Conqueros”. Al mediodía del Jueves Santo sonando las campanas del Arco del Reloj y ante la imagen de nuestro Padre Jesús, en la puerta de la iglesia de Santa
Catalina de Roncesvalles tiene lugar la Bendición de los Conqueros, más conocidos como los “cagalentejas”, ante los señores Abades en ejercicio y el público asistente hacen
juramento de silencio, para pedir limosna con sus concas. Al oirse la última campanada, se cubren con una capucha negra y salen a cumplir su misión. La conca o mortera es un recipiente de madera
que se utiliza en las bodegas para catar el vino.
Finalmente, el Viernes Santo, tiene lugar la procesión más importante. Desde las seis de la mañana hasta pasado el mediodía desfila en dos partes, la procesión de la Cofradía de Jesús y Ánimas de la Campanilla. En el descanso los cofrades y público en general aprovechan para el almuerzo comiendo bacalao y panes monumentales, acompañados con el buen vino toresano, o bollos de aceite.
La Asociación Damas de la Santísima Virgen de los Dolores fue fundada en 1794 en la Parroquia de San Julián de los Caballeros;; con el tiempo llegó a extinguirse, siendo refundada en 1884 por Dª Amalia Matilla Burget de Gavilán con el nombre que hoy ostenta, siendo una Hermandad sólo de mujeres, alrededor de 300, unidas por el amor a la venerada imagen.
Celebran cada año novenario ocho días antes del Viernes de Dolores, teniendo lugar ese día la multitudinaria procesión con la imagen titular.
Las asociadas visten de negro y llevan mantilla negra española, escapulario de la Virgen prendido al pecho y farol encendido.
De bastidor y bellísimo rostro con expresión “muy sentida”, hecha en Madrid a finales del S. XVIII por Felipe Gil. Es llevada a hombros por doce cargadores entre cientos de flores y faroles encendidos.
Esta cofradía ya está datada en el capítulo de “Orígenes de la Semana Santa de Toro”.
Es protagonista de tres desfiles procesionales, el primero es el de la entrañable “Borriquilla”.
El Domingo de Ramos tiene algo especial. Es día de fiesta, de vestidos nuevos, de desorden consentido
Sale la procesión de la iglesia de la Concepción para recorrer las calles y plazas que conducen a la Colegiata donde se recoge. Una vez terminado el desfile se celebra Misa Mayor
Grupo escultórico compuesto por la imagen de Jesús, portando una gran palma, a lomos de un simpático asno.
Data de 1950; procesiona desde ese mismo año en que fue adquirido por la Asociación.
Esta Cofradía radicó en el templo de Santo Domingo de Silos y al desaparecer éste por ruina, pasó a la iglesia de Santa María la Nueva, y más tarde a la iglesia de la Santísima Trinidad. Procesiona en la Semana de Pasión desde 1991. Como actos singulares y enternecedores caben destacar el canto del Miserere , que se canta a la bendita imagen antes de salir de la iglesia de Santa María de Arbas y la lectura del Manifiesto en la plaza de la Trinidad.
Los hermanos cofrades llevan traje oscuro, capa castellana, cordón al cuello con la imagen del Cristo y gran farol de forja encendido. Son alrededor de 120 cofrades.
La procesión parte de la iglesia de Santa María de Arbas, datada por algunos historiadores en el siglo X – la imagen se traslada de la parroquia de la Santísima Trinidad, donde permanece todo el año, para salir de este templo – a las 22:30h de la noche, tras el cántico penitencial del “Miserere”, portado a hombros en una pesada mesa por 12 cargadores. Recorre las calles de la parroquia para llegar a la plaza de la Trinidad, donde se lee “Manifiesto”; la procesión continua hasta la iglesia de donde partió. Al finalizar los cofrades son obsequiados con el tradicional “bizcochón” y la cazuela de sopa castellana.
Crucificado de bulto, siglo XVI, de la escuela renacentista, muy afín a los de Juan de Juni, de gran tamaño y valioso; ha sufrido varios repintes, muy venerado en la ciudad.
Durante todo el año permanece en la parroquia de la Santísima Trinidad, en un retablo que lleva su nombre.
El lunes Santo se traslada a la iglesia de Santa María de Arbas para salir en procesión desde dicha iglesia.
A las 21:30h de la noche, los hermanos de túnicas negras y moradas, abades de las distintas cofradías, Junta Pro-Semana Santa y autoridades se congregan en la puerta de la iglesia conventual de Santa Clara para iniciar la procesión del traslado de Jesús atado a la Columna, mal llamado Ecce Hommo, hasta la iglesia de Santa Catalina , para procesionar en la madrugada del Viernes Santo con la cofradía de Jesús Nazareno, Ánimas de la Campanilla.
Al llegar el desfile a la iglesia de San Julian , la Virgen de los Dolores se unirá al cortejo para formar parte también de la singular procesión del Viernes Santo.
A las 23:00h, la plaza de la Colegiata se encuentra a rebosar de hermanos y hermanas con sus túnicas, caperuces y hachones dispuestos a iniciar el desfile. El Crucificado preside el atrio. En un acto solemne tiene lugar el Juramento de Silencio que el alcalde de la ciudad pide a los hermanos, y que éstos prometen cumplir durante todo la procesión.
Comienza el Vía Crucis penitencial por las calles más emblemáticas de la ciudad. El silencio es sepulcral, roto sólo por el tañer de una campana, el gemido desgarrador de una trompeta y la cadencia de los tambores destemplados.
Para terminar en la Colegiata tiene lugar el acto singular del canto de las Cinco llagas; clamor de un pueblo que asciende por el cimborrio del templo; seguidamente tiene lugar la adoración del Yacente. Antes de marchar a sus casas, todos los asistentes son invitados a comer las sopas de ajo reconfortantes en la fría madrugada.
Los hermanos y hermanas visten túnica negra con ceñidor a la cintura y caperuz blanco con la cruz de Malta en el capillo, las mujeres llevan la cruz de menor tamaño a la altura de la clavícula. Todos llevan hachón encendido. Los Abades y Mayordomos llevan capas blancas unos, y rojas los otros.
Crucificado catalogado en el primer cuarto del siglo XVIII. Talla barroca de los talleres toresanos de Esteban Rueda y Sebastián Ducete.
Aunque la primitiva cofradía toresana de la Vera Cruz de Toro se extinguió; existe otra con el mismo nombre en el municipio de Tagarabuena, ahora es un barrio más de Toro. Dicha cofradía radica en la parroquia de San Juan Bautista del citado barrio. Guarda los primeros Estatutos escritos en pergamino con letra gótica, hechos y fechados en Toro en 1526.
La procesión sale de la Parroquia . a las 21:00h., portado por seis cofrades, recorriendo las calles de la ciudad entre los cánticos de todos los feligreses, para hacer estación en la ermita del Humilladero.
Finaliza en la parroquia de S. Juan Bautista , de donde partió.
Una vez dentro, los hombres y mujeres de Tagarabuena entonan emocionados el Himno al Cristo de la Vera Cruz, como lo hicieran sus ancestros, pidiendo perdón y protección para todos.
Crucificado de autor anónimo, del último tercio del S. XVI, de traza clásica realizado en papelón, a excepción de cabeza, pies y manos que son de talla; con policromía al óleo. Lleva a los pies cuatro ángeles portando los símbolos de la Pasión. Es una de las mejores imágenes de su estilo.
La Procesión comienza al amanecer después de la celebración del sermón del “Mandato”. Es la de mayor duración y recorrido, ya que concluye bien entrado el mediodía. Desfile multitudinario, de gran plasticidad y recogimiento.
En primer lugar salen del templo la Cruz Penitencial y estandartes de las cofradías;
Procesionó por primera vez en el 2010, siendo cesión de una cofradía de Zamora,
Perteneciente a la desaparecida cofradía de la Veracruz, procesionó por primera vez en 1708 es obra del artista toresano Antonio Tomé, tallada en madera de pino en 1698
Se le conoce en Toro también por “Los Azotes” del mismo autor y fecha que el paso anterior, portado por cofrades de túnica morada.
Anónimo del siglo XVII,
Portado por los Abades del ejercicio anterior de túnica morada.
Es propiedad de las MM Franciscanas del monasterio de Santa Clara de la ciudad.
De Ricardo Flecha de 1991. Con esta imagen se celebra el “Besamanos”, el sábado anterior al domingo de Pasión. La túnica que lleva perteneció al Nazareno que desapareció en el incendio de 1957.
Del escultor Hipólito Pérez, lo portan a hombros cofrades de túnica morada en los banzos delanteros y de túnica negra en los de atrás.
De trágica expresión. Es obra de Felipe Gil.
Permanece todo el año en la iglesia de San Julián en un Retablo que lleva su nombre.
Se traslada a Santa Catalina para formar parte de esta singular procesión
Del valenciano Tomás Noguera; y el Cirineo de Luís Marco Pérez. Imagen titular de la Cofradía. La llevan a hombros hermanos de túnica morada.
Sustituye a la tan preciada imagen del Nazareno que desapareció en el incendio de 1957.
Es la última imagen que sale de la iglesia, mientras la Banda de Música interpreta “Nuestro Padre Jesús"
De hermosísimo rostro y notables carnaciones. Datada en el siglo XVIII., fue donada a la cofradía por la Asociación del Santo Sepulcro y la Soledad.
Lleva rico vestido negro bordado en azabache y mantilla española. De porte elegante y austero cual dama castellana.
Es una copia del desaparecido en 1957. Es obra de Luís Marco Pérez. Procesionó por primera vez el Viernes Santo de 1959. Los cargadores son cofrades de túnica negra.
De Luís Marco Pérez. 1961.
Lo llevan a hombros cofrades de túnica negra..
Cierra el desfile procesional la Madre llevada a hombros por 18 cargadores de túnica negra.
La cadencia de los pasos la marcan dos bandas de música y una de cornetas y tambores.
Característico es el baile de pasos en la plaza de Santa Catalina antes de entrar en el templo.
Luto y gala en la noche de Viernes Santo en Toro. La Procesión que organiza la Asociación del Santo Sepulcro y la Soledad, está llena de religiosidad y recogimiento.
Desde las primeras horas de la tarde , cornetas y tambores destemplados recorren las calles de la ciudad congregando a Abades y Mayordomos , que deberán estar en la iglesia del Santo Sepulcro a las 20:00h, para asistir al sermón de “Las Siete Palabras”.
Acto seguido comienza la procesión que recorrerá las calle del casco histórico de la ciudad, para regresar a la misma iglesia de donde partió bien entrada la noche.
Es la única imagen perteneciente a la antigua cofradía, ya que se salvó del incendio de 1778, su cabeza, pies y manos son de talla.
Es obra de Felipe Gil. Estilo barroco del siglo XVIII.
Los toresanos estan muy pendientes de su salida debido a la tradición que asegura año de “guindas” si sale derecho; los estudiantes aseguran será año de “calabazas” si sale torcido. Todos deseamos que salga derecho.
Imagen de bastidor de autor anónimo, De impresionante realismo.
Es de autor desconocido, de factura actual; soporte de madera moldeada de escayola policromada. Fue adquirida por la Asociación en 1946
El grupo es una composición muy tierna. A los pies de la cruz, la Madre recibe el cuerpo inerte de su Hijo
Encarna magistralmente el trágico estremecimiento del “final”; la cabeza aún erguida, ligeramente inclinado hacia la derecha. Es una talla magnífica del primer cuarto del siglo XVII.
Muy similar a los de Gregorio Fernández. Es copia del que poseen y prestaban las M.M Mercedarias a la Asociación para sacar en procesión. Su autor es Tomás Noguera y fue bendecido en la Colegiata el 8 de marzo de 1959. Procesiona en una urna
De bello rostro, y vestida con un precioso manto de terciopelo negro bordado en oro . Lleva toca de tul bordado en oro. Es una imagen de bastidor.
La imagen de la Soledad cierra la procesión, que se recoge en la iglesia del Santo Sepulcro bien entrada la noche.
Esta Asociación la forman en 1928 un grupo de mujeres del entorno de la iglesia de Santa Catalina, todas ellas devotas de de Ntra. Sra. la Virgen de las Angustias Soledad, imagen que radicaba en el citado templo; era de bastidor y su autor, Felipe de Espinabete. Era propiedad de la cofradía y compartía con la imagen de Jesús Nazareno protagonismo y titularidad. Las Damas son las que se ocupan de vestirla y tener sus ropas y enseres debidamente guardados; son las encargadas de la “Vela”.
La venerada y preciada imagen de Espinabete pereció en el incendio de 1957 y la cofradía encarga al escultor zamorano Hipólito Pérez, en 1958, otra imagen dándole las directrices precisas para que sea lo más parecida a la anterior. Es de bastidor.. procesiona desde 1958, lleva dos ángeles a sus pies y es portada por 18 cargadores de túnica negra.
Las ropas que luce pertenecieron a la antigua imagen. La imagen es propiedad de la cofradía de Jesús y Ánimas
A las siete de la tarde se congregan en la iglesia de Santa Catalina las Damas de la Soledad, y terminada la “Vela” se celebra solemne Vía Crucis, dando comienzo la procesión, al término del mismo.
Sale del templo la Cruz Procesional y el estandarte. Las asociadas de luto, con un cordón del que pende la medalla de la Virgen y vela encendida. Detrás de la Virgen la Junta Directiva de la Asociación; Abades, Junta Pro-Semana Santa, representaciones de cofradías y autoridades. Delante de la Virgen la banda de música y las esposas de los Abades. Cuando la procesión termina, después de hacer el recorrido por la ciudad, en la plaza de Santa Catalina se canta la Salve como despedida.
A las 11.00h sale da la iglesia del Santo Sepulcro la imagen del Resucitado, acompañado de las autoridades. Los cargadores van de traje oscuro y un clavel en la solapa. Al mismo tiempo sale de la Colegiata la Virgen de la Guía cubierta de negro velo; cuatro hermanas de la asociación la llevan a hombros, otras la acompañan detrás vestidas de mantilla española y el párroco revestido. Una banda de cornetas y tambores marca el cadencioso ritmo. Cada imagen hace un recorrido diferente terminando con el Encuentro de la Madre y el Hijo en el centro de la plaza.
El velo de la Madre cae, el Hijo hace tres reverencias hasta llegar a su lado. Suena la música y los cohetes, decenas de palomas suben al cielo, repican las campanas que anuncian la gloria del Resucitado. El olor de la cera, los pies descalzos, las túnicas, el luto … dan paso al rostro descubierto, a romerias. Es día de fiesta de tamboril y dulzaina.