Cada año, Molins de Rei abre las puertas simbólicas de par en par e invita lozana aldeanos y forasteros a disfrutar de una feria secular: la Feria de la Candelaria. El primer sábado y domingo del mes de febrero -salvo causas de fuerza mayor- la cita es obligada: Molins de Rei, la villa vuitcentenària, os espera a todos para ofrecer una de las muestras agrícolas, industriales, comerciales, lúdicas y culturales más arraigadas en la comarca y en nuestro país. 

A partir de una petición del Ayuntamiento de Molins de Rei, la primera Feria de la Candelera organiza 1851. En los orígenes, la actividad ferial se concentraba en muestras agrícolas y de ganado. Posteriormente, a partir de los años 1920, la Feria toma nuevas dimensiones y al coincidir con su centenario, en 1951, se convoca la Primera Exposición Industrial, Comercial y Agrícola. 

Posteriormente, la Feria se ha ido adaptando a los nuevos sectores económicos y, sin perder ni una chispa de sus orígenes agrícolas, ha incluido otros sectores de importancia, el último de ellos, en 2005, el de las tecnologías de la información y la comunicación (la CiberFir @). Además, al cobijo de la Feria, numerosas actividades culturales y recreativas se han desarrollado en los últimos años. 

La Feria de la Candelera de Molins de Rei es, quizás, una de las ferias populares con más participación, tanto en cuanto a expositores, como en lo que se refiere a visitantes. En un recinto ferial de más de 50.000 m2 (que suponen casi 8.000 metros lineales de exposición), el número de expositores sobrepasa los 750 Dadas las características particulares, la Feria de la Candelaria es visitada por un número de personas que, año tras año, aumenta. 

La Oficina de la Feria de la Candelera de Molins de Rei ofrece toda la información necesaria, tanto a expositores como visitantes. Por un lado -antes de la celebración-, en la misma sede, y por otro -durante los días de la feria-, los diversos stands ubicados en el recinto ferial, convenientemente señalizados. La Oficina está al servicio de todos. No dude en dirigirse a ella para cualquier información relacionada con la Feria que pueda necesitar.

Sirvan las palabras del molinencs Julián Canales y Maimó, exconcejal de Cultura de la villa y creador de la música del Baile del Camello, para ilustrar la fiesta grande de Molins de Rei:

"Es evidente que el vivir y las costumbres de los pueblos evolucionan dentro del transcurso del tiempo por el hecho de existir. Es evidente que años allá, la despedida de los dos encuentros perentorios, tanto a nivel familiar como colectivo, el dictaminaba, por la Fiesta Mayor, un 'Hasta Navidad!' y en Navidad, un 'Hasta la Fiesta Mayor!' 

Anhelos y esperanzas, lucha día a día para poder conquistar una estancia feliz, allá en el tiempo, entonces, qué calor de deseo asumir ese abrazo que sellaba: 'Hasta la Fiesta Mayor!' Y cuando esta llegaba, engalanada y resplandeciente, se reflejaban esperanzas y anhelos, fundiéndose dentro de la joya creativa de los saraos y fiestas que con ilusionada cuidado, entre todos, habíamos preparado. 

Es evidente que ha llovido mucho. Desde entonces han sucedido muchas cosas, pero la realidad es que, paso a paso, hemos llegado a hacer posible, y de acuerdo con nuestra actual vía de consumo, tener la adecuada fiesta mayor. Sí, fiesta mayor en minúscula, porque las programaciones que todo se dan no son otra cosa que un competitivo y malogrado anuncio de actos, que nada tienen que ver con la raíz y el sentimiento popular de un pueblo, que eso sí , hoy como ayer, desearía y espera poder manifestar su joya recreándose en la propia Fiesta. 

Molins de Rei, tú puedes hacerlo! 
Tú eres rica en individualidades y colectivos de todo tipo de actividades y con notoria valía y proyección. 
Tú tienes un ejemplo singular del bestiario catalán. 
Tienes los elementos para proyectar la FIESTA MAYOR de un próximo futuro. "

Es el solsticio de verano. Por San Juan se encienden hogueras en todos los barrios de la villa con el fuego que proviene de la montaña del Canigó. San Juan es magia, ritualidad, fiesta, calor, vida, fuego.

El día 23 de junio se lee el Manifiesto de la Fiesta Nacional de los Países Catalanes: reivindicación y fiesta.

Hagamos un poco de historia!

"A raíz del pregón de la Fiesta Mayor del año 1980, en que se habló del antiguo Camello que asustado los molinencs del siglo pasado, un grupo de aldeanos se puso a trabajar de firme para recuperarlo. El hecho de que este saliera antiguamente el día de Carnaval despertó en algunas cabezas, poquitos, los dormidos molinencs la idea de volver a celebrar la fiesta, y en poco tiempo se empieza a preparar. La gran incógnita que se presentaba era la posible respuesta de la gente en un pueblo en el que las celebraciones que más se parecían las encontrábamos en el siglo pasado. 

Pero a pesar de los recuerdos entrañables de nuestros bisabuelos pasándolo pipa y disfrutando como camellos, habían pasado muchos años y había que sentarse y poner los pies en el suelo, algo perfectamente viable en el bar de la Peni donde, con una cerveza en la mano, un bolígrafo en la otra y un grupo de amigos con ganas de trabajar y hacer cachondeo, todo se veía mucho más fácil y posible. 

Trabajaron el Secretariado de Danza de la Juventud Católica, la Agrupa y los Amigos del Camello. 

Quizás fue esta inseguridad del "¿Qué pasará?" o la falta de tiempo lo que hizo que la fiesta sólo durara un día, tiempo, suficiente para que Su Majestad Carnestoltes Y pudiera exponernos su proyecto de gobierno, sus órdenes, leyes, mandatos y otra papeleo que sirvieron para ganar -se unos cuantos vasallos más. Sin embargo, murió quemado en la hoguera como está escrito. 

Llegó finalmente el día y debido a la precariedad económica de en Carnaval, porque de donde no hay no se puede sacar, decidió aparecer en nuestra villa con el medio de transporte más barato: el tren. Este, haciendo honor a su vieja tradición, seguramente llegó con retraso, pero lo que sí sabemos de buena mano es que el Rey no pagar billete. Creemos que tenía todo el derecho, ya que él es un acérrimo defensor de los que maman, perdón de los que mandan. O quizás no? 

Al llegar a la estación, la primera impresión fue de grata sorpresa, los miedos se habían desvanecido: la plaza estaba llena a rebosar. Lo que no se ha llegado a saber es si fue porque la gente se leyó el programa o para que los organizadores tenían muchos amigos y familiares. Supongamos, sin embargo, que había una buena parte de curiosidad y una buena parte de querer lo pasó bien. Entre las cosas que recordamos todos los participantes, destaca Ramón Geis, bien conocido de todos, vestido de ángel. Fue, tal vez, en este primer año, el disfraz más atrevida y chocante. 

Este fue el primer Carnaval en Molins de Rey que a pesar de su tierna y dulce juventud ya se situó por encima de Sitges, Vilanova o Río, y si no os lo creéis, vaya a la estación de la RENFE, que allí lo dice basta claro: "treinta y ocho metros sobre el nivel del mar". Así, pues, tenemos o no razón? " 

(Extracto del libro conmemorativo de los 8 años de Carnaval de Molins de Rei editado por la Comisión Permanente de Carnaval).

Caballos y carruajes salen en pasacalle por las principales calles de la villa. Locales y visitantes sacan a bendecir sus animales. Y, para terminar la fiesta, se realiza, en torno a la iglesia, los tres tombs.